03 junio, 2011

Y tener de nuevo esa sensación...

Verlo en su máximo esplendor, mi ídolo, mi modelo musical, personal, su presencia, su actitud, su forma de ver la vida, tan humano, tan normal, pero a la vez, tan diferente al resto.

Si hace 20 años, le hubieran dicho, estarás viajando por el mundo y te vitorearán, ese cocinero de profesión y que se la pasaba reparando tuberías en las ruinas de la Alemania Oriental, quizá se hubiera reído. Quizá no.

Ver a Till Lindemann y a Richard Kruspe, tan cerca, casi casi sentirlos, es algo indescriptible para mi. Y son una motivación mas para sobresalir en la vida. Dejando de lado el concierto perfecto en ejecución y en show, Rammstein (pronúnciese "Rammstain") para mi significa mucho mas: es la demostración perfecta que un puñado de personas de clase baja y sin futuro, ante la adversidad, lo obtienen, mediante el esfuerzo, la dedicación y el trabajo en equipo. Hoy viajan por el mundo, ayer, quizá, repararon su tubería, cambiaron su caja de fusibles, o cocinaron su plato de comida. Los sueños, son para aquellos que los persiguen y luchan por ellos. Y disculpen, pero yo, voy a perseguir el mío.